VI.1. Roma en la devoción novohispana
Esta obra muestra a San Ignacio al frente de la composición, vestido con sotana y birrete sentado en una silla de brazos; detrás de él se ubica un altar con crucifijo, en torno al cual hay un grupo de clérigos y seglares en actitud devota. La escena se desarrolla en el interior de una iglesia y destaca la representación que el pintor novohispano hace de una arquitectura de formas clásicas, acaso como interpretación de la abadía benedictina de Montecasino, lugar al que Ignacio viajó para dirigir por cuarenta días los Ejercicios Espirituales del doctor Pedro Ortiz. VZR
Da San Ignacio en Roma los Ejercicios Espirituales
Miguel Cabrera
Óleo sobre lienzo, 1756-1757
Museo Nacional del Virreinato, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNV.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Para la composición del lienzo, el pintor novohispano copió las estampas de Rubens y Barbé. La escena principal muestra a San Felipe Neri, fundador de la Congregación del Oratorio, viendo el rostro de San Ignacio rodeado por rayos de luz. Al fondo se observan unas ruinas antiguas y, en opinión de Alfonso Rodríguez G. de Ceballos, “una iglesia contemporánea con cúpula mexicana, casi poblana”. Cabe suponer que la intención de Villalpando fue adaptar la ciudad de Roma, donde se desarrolla la escena,
al ámbito novohispano. VZR
Encuentro de San Ignacio de Loyola con San Felipe Neri
Cristóbal de Villalpando
Óleo sobre lienzo, 1710
Museo Nacional del Virreinato, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNV.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
La escena del lado derecho de la obra representa el momento en que Estanislao –acompañado de dos jesuitas vestidos como peregrinos– llega a la Ciudad Eterna y el general Francisco de Borja lo abraza y admite al noviciado. Destaca la figura al lado derecho del general pues, según el retrato que se conserva en el Museo Nacional del Virreinato, podría tratarse del jesuita poblano Francisco Xavier Lazcano. El suceso se desarrolla en un espacio ambientado con elementos arquitectónicos, como muros, columnas y pedestales que aluden a la ciudad europea. VZR
San Estanislao llega a Roma
Joseph Padilla
Óleo sobre lienzo, 1759
Museo Nacional del Virreinato, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNV.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Ignacio de Loyola nació en España en 1491 y vivió en Roma de 1537 a 1556, año de su muerte. El aposento que ocupó en la casa general de la Compañía de Jesús estaba compuesto por cuatro habitaciones destinadas a comedor, estudio y dormitorio, capilla y la habitación del hermano Juan Pablo Borrell, su ayudante y enfermero en los últimos años de su vida.
Esta obra, que también copia las estampas de Rubens y Barbé, representa la muerte y las exequias del santo. Del lado derecho, un grupo de jesuitas llora su muerte, mientras su alma sube al cielo rodeada de ángeles y un gran resplandor. La escena se desarrolla en un espacio interior, sugiriendo que se trata de su dormitorio en la casa general. Del lado izquierdo, el cuerpo de Ignacio se ubica en un humilde túmulo rodeado de la gente del pueblo romano. Destaca el cuidado que el pintor tuvo por reproducir fielmente la arquitectura de la iglesia que la estampa representa. Este lienzo forma parte de una serie de la vida de San Ignacio de Loyola que Cristóbal de Villalpando pintó para el Colegio y Casa de Probación de Tepotzotlán en 1710. VZR
Muerte de San Ignacio de Loyola
Cristóbal de Villalpando
Óleo sobre lienzo, 1710
Museo Nacional del Virreinato, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNV.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Los jesuitas llegaron a la Nueva España por petición de los franciscanos, en primera instancia, y por solicitud formal del Cabildo de la Ciudad de México. Además de contar con una fuerte tradición en la enseñanza de las artes y el humanismo, esta orden religiosa tenía un voto de obediencia al Papa y provenía directamente de la Santa Sede, por lo que llegó a América con creencias, costumbres y conocimientos originarios de Roma que, en parte, lograron arraigarse en los territorios conquistados por los españoles.
La Compañía de Jesús introdujo esta imagen sacra en la Nueva España en 1576, en cuatro copias realizadas en Roma y enviadas a los colegios novohispanos recién establecidos: el de San Pedro y San Pablo en la Ciudad de México, y los de Oaxaca, Pátzcuaro y Puebla. ACG
Salus Populi Romani (conocida como Virgen del Popolo o del Pópulo)
Autor desconocido
Óleo sobre lienzo, siglo XVI
Museo Nacional del Virreinato, INAH Secretaría de Cultura.-INAH.-MNV.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Estas dos pinturas imitan una imagen albergada en la Iglesia de Santa María del Popolo o Pópulo, ubicada en la plaza del mismo nombre, junto a la puerta norte de la ciudad de Roma. El templo se había levantado en el siglo XI para ahuyentar al espíritu de Nerón que, según la leyenda, estaba enterrado en ese lugar. En el siglo XIII se llevó la imagen, que es referencia para estas pinturas, a dicha parroquia suburbana o populus, de ahí el nombre que tomó la devoción. Se trata de una Virgen en majestad, específicamente, del tipo de la Odegitria (Virgen conductora), es decir, “la que es camino que lleva a Cristo”, lo cual se expresa por medio de la mirada y el gesto de la mano derecha de la Madre de Dios dirigidos hacia su Hijo. Se le relacionaba con el retrato de María pintado por San Lucas, al igual que la Salus Populi Romani, ubicada en la Basílica de Santa María Mayor en la capital italiana. Esta vinculación, además de las sutiles diferencias entre ellas, hicieron que se les confundiera continuamente desde época antigua, como señala el Zodiaco mariano, publicado en 1755. Muy probablemente la imagen de la Virgen del Pópulo llegó a Nueva España por medio de estampas que sirvieron de modelos para nuevas pinturas como las que resguarda el Museo Nacional del Virreinato, de México. ACG
Vírgenes del Pópulo
Autor desconocido
Óleo sobre lienzo, siglo XVIII
Museo Nacional del Virreinato, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNV.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
VI.2. Roma como modelo artístico
La obra fue un encargo del coleccionista alemán Franz Erwein von Schönborg al escultor Pietro Tenerani, originario de Torano di Carrara, quien comenzó el tallado en el año 1823. El estilo que domina la escultura evoca las estatuas antiguas y tiene referencias a la literatura de Virgilio. Tenerani crearía otras obras escultóricas con el mismo tema a lo largo de su trayectoria. La pieza fue adquirida en el año 1845, para que formara parte de la colección de la Academia de San Carlos y llegó a México en el año 1852; desafortunadamente la pieza sufrió un daño irremediable en el traslado y no pudo ser restaurada por el autor.
Fauno en el acto de tocar la tibia
Pietro Tenerani
Mármol de Carrara, 1845-52 ca.
Museo Nacional de San Carlos, INBAL
Secretaría de Cultura.-INBAL.-MNSC.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Bellas Artes y Literatura”.
El busto de Antinoo o Mercurio es una copia hecha con la técnica de vaciado en yeso, del original en mármol que se encuentra en el Santa Barbara Museum of Arts, de Estados Unidos. Antinoo fue un personaje histórico, un joven de gran belleza que el emperador romano Adriano decidió convertir en su acompañante. Al morir Antinoo muy joven, el emperador decidió enaltecerlo y fomentar el culto a su memoria;
con el tiempo, se le relacionó con la historia de héroes y dioses,
como Apolo, Hermes y Vertumno.
Antinoo Mercurio
Autor desconocido
Vaciado en yeso, 1790
Dirección General de Patrimonio Universitario
Facultad de Artes y Diseño
Antigua Academia de San Carlos
Coordinación de Investigación, Difusión y Catalogación de Colecciones FAD/AASC
Foto: Sergio Carlos Rey
Estas esculturas muestran dos momentos en la vida del mismo personaje, el joven Cayo Octavio Turino quien, tiempo después, se convertiría en el emperador romano César Augusto. Quizás la primera obra recuerda la etapa de la vida de Octaviano en la que fue adoptado por su tío abuelo, el emperador Julio César, en su testamento, justo después de haber sido asesinado en el año 44 a.C., por ese motivo se volvió heredero del imperio y se le adjudicó el nombre de Augusto. La segunda escultura muestra a Augusto maduro, quien logró vencer a Sexto Pompeyo, gracias al apoyo militar de Agripa y convertirse en emperador único, desde el año 27 a.C., hasta el 14 d.C.
Augusto joven
Autor desconocido
Vaciado en yeso, finales del S. XIX
Dirección General de Patrimonio Universitario
Facultad de Artes y Diseño
Antigua Academia de San Carlos
Coordinación de Investigación, Difusión y Catalogación de Colecciones FAD/AASC
Foto: Sergio Carlos Rey
Augusto
Autor desconocido
Vaciado en yeso, principios del S. XX
Dirección General de Patrimonio Universitario
Facultad de Artes y Diseño
Antigua Academia de San Carlos
Coordinación de Investigación, Difusión y Catalogación de Colecciones FAD/AASC
Foto: Sergio Carlos Rey
Francesco Podesti es considerado uno de los mejores pintores italianos del siglo XIX y uno de los principales representantes del Neoclasicismo y Romanticismo. Esta obra fue una de las tres piezas comisionadas a los maestros de la Academia de San Lucas, en Roma y fue la segunda en llegar a México, en 1851. Se exhibió por primera vez en la IV Exposición Anual de la Academia de San Carlos. MMM
El ángel juez que premia al alma
buena y castiga a la culpable
Francesco Podesti
Óleo sobre lienzo, 1851
Museo Nacional de San Carlos, INBAL
Secretaría de Cultura.-INBAL.-MNSC.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Bellas Artes y Literatura”
Francesco Coghetti, artista simpatizante de las ideas positivistas, tenía la convicción de que el arte debía tener una utilidad moral y educativa. Entre las obras más representativas de Coghetti se encuentran aquellas en las que aborda temas del Antiguo y del Nuevo Testamento: tal es el caso de Episodio del Diluvio Universal. En esta obra el artista elabora una composición en donde nos presenta la pérdida de la esperanza y el futuro, representada por el cuerpo sin vida de dos niños, a la vez que muestra a un hombre que se sostiene de una roca para no sumergirse en el agua: una clara referencia a la resistencia de un cambio de pensamiento.
Esta pintura arribó a México en 1853 y se presentó, ese mismo año, en la VI Exposición Anual de la Academia de San Carlos. MMM
Episodio del diluvio universal
Francesco Coghetti
Óleo sobre lienzo, 1852
Museo Nacional de San Carlos, INBAL
Secretaría de Cultura.-INBAL.-MNSC.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Bellas Artes y Literatura”
Los murales realizados por Rafael Sanzio para las Logias vaticanas, entre 1517 y 1519, fueron motivo para que, años más tarde, se publicaran diversos libros con obra gráfica que pretendía reproducir la decoración original de los murales; por ejemplo, la obra de Pietro Santi a finales del siglo XVII o el libro del francés François de la Guertière a mediados de ese mismo siglo. Sin embargo, fueron los 46 grabados realizados entre 1771 y 1776 por los grabadores Giovanni Ottaviani y Giovanni Volpato, según diseños del pintor Gaetano Savorelli, el dibujante Ludovico Teseo y el arquitecto Pietro Camporesi, publicados entre 1776 y 1777 bajo el título Loggie di Rafaele nel Vaticano, los que lograron mayor reconocimiento. Goethe elogió la obra por haber difundido el buen gusto en todo el mundo civilizado.
Los grabados se estamparon entre 1772 y 1777 por Marco Pagliarini en Roma y muestran la ornamentación y grutescos de las pilastras y bóvedas de las Galerías del Vaticano, pintados a partir de 1518 por Rafael y su discípulo Giovanni da Udine. El libro viajó a países tan diversos como Alemania, Rusia y México,
entre muchos otros.
Decoración con frutas
Giovanni Ottaviani (Grabó)
Gaetano Savorelli (Pintó)
Pietro Camporesi (Dibujó)
Buril y gouache sobre papel, segunda mitad siglo XVIII
Museo Nacional de San Carlos, INBAL
Secretaría de Cultura.-INBAL.-MNSC.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Bellas Artes y Literatura”
El monje benedictino francés Bernard de Montfaucon, además de su vocación teológica, desarrolló una labor enorme traduciendo, editando, paleografiando y recolectando libros patrísticos. Después de haber traducido del latín la regla monástica Typicum de Irene Ducaina, los tratados sobre medidas de Herón de Alejandría y la Logarique de Alejo I Comneno, obtuvo prestigio y el reconocimiento, incluso del obispo Bossuet. Inició la edición de las obras de San Juan Crisótomo, pero requería de documentación que no tenía a la mano, por lo que, en 1698 viajó a Italia, en donde permaneció hasta 1701, investigando en diversas bibliotecas de toda Italia, pero su mayor sustento bibliográfico fue obtenido en Roma. El regreso a París marcó el inicio de su etapa más fecunda como escritor, estas láminas fueron publicadas en el interior del libro L'antiquité expliquée et representée en figures, en la segunda edición, del año1722, impresa por Florentin De Laulne. El libro llegó a la Academia de San Carlos en el siglo XIX, para servir como modelo para los estudiantes de dibujo,
pintura y grabado.
Trajes romanos
Autor no identificado
Aguafuerte y buril sobre papel, 1722 ca.
Museo Nacional de San Carlos, INBAL
Secretaría de Cultura.-INBAL.-MNSC.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura”
Para poder elaborar la plancha de cobre con los trazos de la Asunción de la Virgen, el grabador Ignacio Pavón se basó en la obra de Ignazio Podio, para realizar los estudios de las figuras principales y para marcar los contornos de las demás. También con base en ese modelo pudo desarrollar el efecto de las luces y de las sombras, la diversidad de rasgos y lograr esa coherencia en su conjunto. La reacción ante esta copia de la la pintura La Asunción de la Virgen realizada por Tiziano Vecellio, entre 1516 -1518,
no se hizo esperar, incluso otros grabadores como Morghen reconocieron la excelencia de este trabajo.
La Asunción de la Virgen
Ignacio Pavón (Grabó)
Angelo Balestra (Dibujó)
Buril sobre papel, segundo tercio del siglo XIX
Museo Nacional de San Carlos, INBAL
Secretaría de Cultura.-INBAL.-MNSC.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Bellas Artes y Literatura”
Uno de los valores estilísticos más apreciados en este grabado, no solo por su gran fidelidad a la pintura original de Rafael Sanzio, sino por el logro técnico evidente, fueron las prendas de vestir de los personajes principales, donde se pueden percibir sus distintos pesos, además de los pliegues de las telas y el movimiento que conservó del original. Para la realización de esta obra, Pavón estudió detenidamente la obra de Rafael y llevó a buen término la meticulosidad de sus observaciones. Gracias a la posibilidad de estampar, en el siglo XIX, copias de algunas obras pertenecientes al siglo XVI, fue posible que se conociera en otras latitudes la calidad estética de los clásicos de la pintura italiana.
Santa Cecilia de Boloña
Ignacio Pavón (Grabó)
Ignacio Podio (Dibujó)
Buril sobre papel, siglo XIX
Museo Nacional de San Carlos, INBAL
Secretaría de Cultura.-INBAL.-MNSC.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Bellas Artes y Literatura”
Ignacio Pavón tenía una copia pequeña de la Transfiguración coloreada por Podio y con ella pudo hacer el dibujo de la composición completa. La pintura de La Transfiguración realizada por Rafael Sanzio en Roma, entre 1518 y 1520, por encargo del Cardenal Julio de Medicis, fue reconocida en su momento por las convicciones muy fuertes en la fe católica del artista. Por su parte, Ignacio Pavón usó todos los medios del arte para recuperar esos valores y llevarlos de manera efectiva a su plancha de cobre, el resultado motivó comentarios en los que se decía que “había logrado conservar el espíritu de la obra original”.
La Transfiguración
Ignacio Pavón (Grabó)
Ignacio Podio (Dibujó)
Buril sobre papel, siglo XIX
Museo Nacional de San Carlos, INBAL
Secretaría de Cultura.-INBAL .-MNSC.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Bellas Artes y Literatura”
VI.3. Porciones de Roma, el coleccionismo mexicano
Las obras de este conjunto son mosaicos creados en Roma en la segunda mitad del siglo XIX. En aquella época, Ippolito Caffi había logrado desarrollar una técnica refinada y compleja, pero reproducible, para crear micromosaicos con representaciones de los lugares icónicos de Roma, como el Coliseo o la Plaza de San Pedro. Los mosaicos lograron un buen desarrollo comercial, al grado de que eran promovidos por los papas, quienes patrocinaron la representación de los retablos de la Basílica Vaticana en esos objetos duraderos y portables. A diferencia de los mosaicos de gran formato, los pequeños tenían costos accesibles y resultaban de gran atractivo para los viajeros, incluso los mexicanos, que trajeron al país diversos ejemplares.
Vista de la plaza de San Pedro
Ippolito Caffi
Mosaico, 1856
Museo Nacional de Historia, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNH.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Foto: Leonardo Hernández
Casi en el mismo tenor que los micromosaicos, esta pieza tiene un carácter utilitario, se trata de un pisapapeles de mármol negro, decorado en la parte superior con un micromosaico que representa la plaza de San Pedro, en el Vaticano. Quizás por el formato tan pequeño, el creador tuvo dificultades para representar con precisión la geometría y proporción del espacio, sin embargo, tuvo el cuidado de plasmar la actividad de los visitantes a la plaza.
Plaza de San Pedro
Autor desconocido
Micromosaico sobre mármol negro, siglo XIX
Museo Nacional de Historia, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNH.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Foto: Leonardo Hernández
La basílica Papal de Santa María la Mayor también es conocida como basílica de Santa María de las Nieves y basílica Liberiana; fue construida encima del antiguo templo de Cibeles y, al día de hoy, conserva la estructura arquitectónica paleocristiana, a pesar de haber sufrido un terremoto en el año 1348. Por un tiempo, fue residencia de los papas, debido al deterioro en el que se encontraba el palacio de Letrán, posteriormente, la residencia papal se trasladó al Vaticano.
La basílica de Santa María Mayor en Roma
Autor desconocido
Óleo sobre tela, S/F
Museo de Guadalupe, Zacatecas, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MG.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”.
La Archibasilica Sanctissimi Salvatoris, es más conocida como la Archibasílica de San Juan de Letrán, es la sede episcopal del obispo de Roma, es decir, el Papa. A pesar de que se encuentra en Roma, cuenta con extraterritorialidad dentro del Estado italiano y forma parte del Vaticano. Fue nombrada madre y cabeza de todas las iglesias de Roma y de toda la tierra.
Basílica de San Juan de Letrán
Autor desconocido
Óleo sobre tela, S/F
Museo de Guadalupe, Zacatecas, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MG.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”.
La “victoria” fue uno de los conceptos más representados en el antiguo Mediterráneo. La figura de una mujer alada, servía de alegoría para indicar que el éxito podía llegar a gran velocidad, ya fuera corriendo o volando, al igual que la diosa. En este relieve, Niké se encuentra ataviada con un quiton ceñido, sobre el que se encuentra un himation que envuelve sus caderas. Sostiene una corona de laurel en su mano derecha y una hoja de palma en la izquierda. El motivo en forma de palmera, que se encuentra al lado derecho de la diosa, probablemente simboliza una región del medio oriente conquistada por el poderío militar romano. Esta obra es una donación de la República Italiana a México y se integró a las colecciones del MNCM tras las exposiciones de la Olimpiada Cultural de 1968. El original se encuentra en los jardines de Bóboli en Florencia (Italia). GPT
Niké de Bóboli
Mármol tallado y pulido (réplica)
Museo Nacional de las Culturas del Mundo, INAH
Foto: Joaquín Vega González
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNCM.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Busto del patricio Lucio Junio Bruto
Bronce moldeado a la cera perdida con incrustaciones
de marfil y vidrio (réplica)
Museo Nacional de las Culturas del Mundo, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNCM.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Foto: Joaquín Vega González
Original en los Museos Capitolinos, Roma Italia.
Busto del emperador Caracalla
Mármol blanco tallado y pulido (réplica)
Museo Nacional de las Culturas del Mundo, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNCM.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Foto: Joaquín Vega González
Original en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, Italia.
La diosa de la sabiduría, la estrategia y la guerra justa, que los romanos conocían como Minerva era llamada Atenea por los griegos. Era considerada como la protectora de las ciudades y en especial de sus murallas. La diosa está ataviada con un quiton y con la égida que muestra la cabeza de Medusa, la Gorgona, sobre su pecho. Desde su hombro izquierdo cae un himation que se envuelve en su cintura. Porta un casco corintio que tiene un león sedente en su parte superior y sostiene una lanza en su mano derecha, bajo la que se encuentra una serpiente que simboliza a Erictonio, el primer rey mítico de la ciudad de Atenas. Para los latinos formaba parte de la Tríada Capitolina de Roma, junto con su padre Júpiter y Juno. Esta obra es una donación de la Academia de San Carlos (UNAM), a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), y se integró a las colecciones del MNCM en 1967. El original está en el Museo Chiaramonti, Estado de la Ciudad del Vaticano. GPT
Minerva
Mármol blanco de Paros tallado y pulido (réplica)
Museo Nacional de las Culturas del Mundo, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNCM.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia”
Foto: Joaquín Vega González
Para conmemorar las victorias militares, los gobernantes mediterráneos erigieron monumentos que mostraban a los pueblos derrotados. Esta escultura representa a un guerrero de las tribus celtas de Galia, la actual Francia y Bélgica, agonizando. El galo se encuentra apoyado sobre su brazo derecho, con la cabeza vuelta, observando la herida fatal en su costado. Su única vestimenta es un torque, un collar enroscado, mientras sus armas yacen en la base. Esta obra, de origen romano, es una copia de una escultura helenística realizada en bronce, probablemente por Epígonas, entre los años 230-220 a.C. encargada por el rey Átalo I de Pérgamo. El original está en los Museos Capitolinos, Roma. Esta obra es una donación de la Academia de San Carlos (UNAM), a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y se integró a las colecciones del MNCM en 1967.GPT
Galo moribundo
Mármol blanco tallado y pulido (réplica)
Museo Nacional de las Culturas del Mundo, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNCM.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Foto: Joaquín Vega González
Sileno era un viejo sátiro, padre adoptivo y compañero de Dionisio, dios del vino y de la fertilidad agrícola. Su séquito, llamado thiasos, estaba compuesto por sátiros, faunos, ninfas y ménades. Los romanos conocieron a Sileno como Silvano y a Dionisio como Baco, en cuyo honor se celebraban las bacanales; fiestas rituales que llegaban al éxtasis a través del vino, la danza y la música. Esta obra, de origen romano, es una copia de una escultura atribuida a Lisipo y realizada alrededor del año 300 a.C. La pieza es una donación de la República Italiana a México, y se integró a las colecciones del Museo Nacional de las Culturas del Mundo tras las exposiciones de la Olimpiada Cultural de 1968. El original está en el Museo Chiaramonti,
Estado de la Ciudad del Vaticano. GPT
Sileno con Dionisio niño en brazos
Mármol blanco tallado y pulido (réplica)
Museo Nacional de las Culturas del Mundo, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNCM.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Foto: Joaquín Vega González
Los mosaicos están constituidos por piezas denominadas teselas. Los romanos llamaban a los mosaicos opus tessellatum y los griegos mousaes ya que consideraban que sólo las musas podían inspirar tal trabajo. Otra técnica romana recibía el nombre de opus sectile que denominaba al tipo de mosaico que se elaboraba a base de teselas de diferentes tamaños que se trabajaban y esgrafiaban por separado. El original está en el Museo Provincial de Zamora, España.
Mosaico de pizarra y mármol (réplica)
Museo Nacional de las Culturas del Mundo, INAH
Secretaría de Cultura.-INAH.-MNCM.-MEX
“Reproducción autorizada por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia”
Foto: Joaquín Vega González
Esta pieza destaca por ser una impresión en papel a partir de una placa de metal grabada al buril. La vista de la ciudad fue realizada de oeste a este, desde la colina del Gianicolo, de tal manera que se pueden apreciar las siete colinas. En la sección izquierda se observa la basílica de San Pedro, al centro discurre el río Tíber y a la derecha se distingue el Panteón de Agripa. No obstante la pretensión de mostrar la mayor parte de la ciudad y sus monumentos, el Coliseo queda oculto por la colina del Capitolio. LFHV
Aspect général de Rome
Jacques-Alphonse Testard (Dibujó)
A. Appert (Grabó)
Grabado al aguatinta, 1850 ca.
Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y
de la Lama I.A.P.
Foto: Marisol Ríos Trinidad
Este par de gabinetes de madera ebonizada, originarios de Italia, tienen una decoración basada en motivos inspirados en la arquitectura clásica. Así, en la parte superior destaca un frontispicio circular rematado por un escudo de armas en talla de marfil, sostenido por dos amorcillos del mismo material. A los lados, siguiendo la idea de una arquitectura, hay una balaustrada con jarrones en sus esquinas. La parte central muestra bajorrelieves con representaciones femeninas. En el resto del mueble hay relieves más pequeños con motivos de grutesco y perfiles de emperadores romanos, todos trabajados en láminas de marfil. LFHV
Gabinete de Diana
Autor no identificado
Madera tallada, ebonizada y ensamblada con diseño arquitectónico, decorado con tallas de marfil a la romana cristales biselados y aplicaciones de metal, mediados del siglo XIX
Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y de la Lama I.A.P.
Foto: Marisol Ríos Trinidad
Interesado por el mobiliario antiguo, Antonio Haghenbeck incluyó en su colección varios cassoni – baúles o arcones – italianos. Estos arcones servían para que las novias llevaran el ajuar y dote a su nuevo hogar cuando contraían matrimonio. El par de cassoni están decorados con pintura de grutescos o con amorcillos y festones en relieve, que evocan la estética del siglo de Augusto. LFHV
Cassone
Autor no identificado
Madera tallada y ensamblada decorado
con motivos a la romana siglo XVIII
Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y de la Lama I.A.P.
Foto: Marisol Ríos Trinidad
Cassone
Autor no identificado
Madera tallada y ensamblada, decorado
con motivos de grutesco al óleo
Siglo XVIII
Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y de la Lama I.A.P.
Foto: Marisol Ríos Trinidad
En los años entre guerras, el joven Antonio Haghenbeck tuvo oportunidad de viajar por Europa e incluso llegó hasta Medio Oriente. Durante estos viajes adquirió un buen número de tarjetas postales como souvenir.
Muchas de éstas se vendían en formato de cuadernillo o en paquetes surtidos. Las postales de la colección Haghenbeck destacan por reproducir acuarelas o tomas fotográficas de los monumentos más representativos de la ciudad eterna. LFHV
Roma
Postales impresas a partir de acuarelas y tomas fotográficas, Panatta (edit.)
Primera mitad del siglo XX
Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y de la Lama I.A.P.
Foto: Marisol Ríos Trinidad